Cuando estés triste y quieras llorar, llora. Llora mucho, llora fuerte y recoge esas lágrimas en un frasquito. Cuando termines, agrega agua y una copa de licor a tus lágrimas y déjalas reposar. Cada día toma 5 gotas de ese líquido que se ha convertido en un remedio para tu dolor. Tu alma está muy feliz al ver todo lo que haces por sanar.